
En esta bonita mañana de sábado, 13 de Enero, un grupo de unas treinta personas hemos recorrido caminando una ruta de doce Km. Al Canto de la Imagen. Hemos comenzado en la ermita de San Gregorio, a las 9:30 h., con una Oración a cargo de nuestro párroco. Siempre está bien ofrecer el día y las obras del día al Señor para que Él las bendiga y sirvan a su Reino. Así lo hemos hecho.
Venía con nosotros una familia colombiana (el matrimonio y sus cinco hijos), un matrimonio de Madrid, varios niños y un buen grupo de sonsecanos jóvenes y maduros.
Hemos hecho una foto del grupo y ¡adelante!
Como en la vida, empezamos una nueva actividad con ganas y con alegría; la alegría de caminar en compañía, de sentir la cercanía del otro, del contacto con la naturaleza, de la suave brisa que nos acaricia el rostro. Ser cristiano es alegría en el Espíritu Santo, y no puede serlo si no se comparte.
Ha sido un camino llano, sin apenas dificultades. Se formaban grupos a diferentes ritmos, hablando unos con otros (y en el calor de la conversación uno se olvida si los que vienen detrás los tienes próximos o se han quedado rezagados). A veces, teníamos que esperar para no romper la unidad de los caminantes. La temperatura era ideal para marchar.
A mitad de la ruta, hemos llegado al Canto de la Imagen, una piedra vertical, alta –superior a la altura de una persona-, donde se cruzan el camino del Rey y el de los Monteros –que viene de Mazarambroz-, a unos seis km. de Sonseca. Según la leyenda, es el punto donde se entregaba y recibía la imagen de la Virgen de Gracia que compartían los pueblos de Ajofrín y S. Pablo de los Montes (fíjate: ¡entre nosotros había una persona de Ajofrín y otra de S. Pablo de los Montes! ¿azar? ¿coincidencia?, me parece que en la vida nada es azar…¿tú qué opinas?). La imagen fue encontrada por un pastor –el pastor Madaleno- allá por 1262 en S. Pablo de los Montes. Desapareció en 1936 –año de infausto recuerda para los españoles- estando en Ajofrín. Ahora guarda entre rejillas una imagen de la Virgen del Rocío.
Hemos hecho ahí un breve descanso, repuesto fuerzas comiendo algún bocadillo, zumo, hemos hecho algunos comentarios… y, a seguir la marcha…Cuando hemos pasado el ecuador de la ruta y hemos parado, empezábamos a quedarnos fríos y… abandonarnos un poquitín en la pereza… Toca perseverar en el esfuerzo y confiar, como en la vida. No es todo empezar sino perseverar en lo empezado, confiar en el Señor siempre, que nos cuida como un Padre (mirad las aves del cielo, los lirios del campo… Yo voy con vosotros. No tengáis miedo! Persevera y verás…
Y, como en un abrir y cerrar de ojos, hemos llegado al punto de partida. Algunos de nosotros teníamos otra actividad a una hora prefijada, lo que ha hecho que quizás hayamos andado algo más rápido los últimos km.
Sí, lo hemos disfrutado, ha sido una mañana magnífica, ¡qué bonito compartir una charla, un camino, el tiempo sin agobios, la naturaleza, el calor de hermanos!
Y al alcanzar la meta, gratitud, gratitud, dar las gracias a Dios y a los hermanos que nos han acompañado. Qué no olvidemos la gratitud, el dar las gracias a Dios por tantas cosas (hoy nos ha regalado una mañana espléndida, unas bonitas relaciones, un estado físico que nos ha permitido terminar, una perspectiva positiva para seguir adelante). Damos de verdad las gracias a Dios.
Una sonrisa, un abrazo, un beso, con cariño. Y, habrá más, D.m.