
¿Qué es la Adoración Perpetua?
La Adoración Perpetua es oración continua ante Jesús en el Santísimo. La Hostia; el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesús está puesto en el altar y le damos el honor y la adoración. No nos comprometemos a pasar una hora ante Jesús, sino que es Jesús el que nos dedica una hora en exclusiva a nosotros, una “cita de amor” del Padre con sus hijos. La adoración sigue continuamente 24 horas al día, 7 días a la semana, en la adoración representamos a toda la Iglesia.
La capilla de la Adoración Perpetua es la fuente de agua viva que quita la sed de vida, es un faro en la noche del mundo, es la puerta abierta al Cielo que permanece abierta. De ella se derraman gracias y beneficios que llevan a grandes conversiones. El silencio con que se adora en la capilla permite el recogimiento que hace propicio el encuentro con el Señor y su escucha.
Razones para el culto
- Porque sólo Dios es digno de recibir toda nuestra alabanza y nuestra adoración siempre.
- Para dar gracias a Dios por todo lo que nos ha dado desde antes de existir.
- Para entrar en el secreto amor de Dios que se revela cuando estamos delante de él.
- Para que interceda por toda la humanidad.
- Para encontrar descanso y refrigerio de parte de Dios.
- Para pedir perdón por nuestros pecados y los de todo el mundo.
- Orar por la paz y la justicia en el mundo y la unidad entre todos los cristianos.
- Para recibir el don del Espíritu Santo para anunciar el Evangelio a todas las naciones.
- Para orar por nuestros enemigos y de tener la fuerza para perdonar.
- Para curar todas nuestras enfermedades, la salud física y espiritual y tener la fuerza para resistir al mal.
¿Qué beneficios nos da la Adoración Perpetua?
Son múltiples y variados los beneficios que se nos ofrecen, tanto a nivel personal como a nivel de la parroquia. Mediante la Adoración Perpetua se descubre y promueve la unidad en torno a Jesucristo Eucaristía al volverse los adoradores conscientes de formar parte de una fraternidad eucarística, de cada uno ser un eslabón de la cadena ininterrumpida de adoración.
Los frutos son incontables: de conversión, de salvación, de sanación de viejas heridas, de perdón, de reconciliación, nacimiento de vocaciones a la vida religiosa o al matrimonio, de fortalecimiento de la vida espiritual de los adoradores…
Sólo el hecho de ir hacia la capilla ya en recogimiento y orando ante el Señor durante una hora tiene concedidas las indulgencias correspondientes.
¿Qué se nos pide?
Simplemente una hora semanal para dedicárselo al Señor en exclusiva. Una hora a la semana en el horario que mejor te venga. Esa hora que tú le ofreces a Dios tiene valor de eternidad, es tu Hora Santa. Ten presente que si la capilla puede estar siempre abierta es porque tú constituyes ese eslabón de la cadena de amor y adoración que lo hace posible.
Sé puntual a tu cita con Dios. Si por algún motivo prevés que no podrás venir a tu hora, no te preocupes. La organización tiene ya todo previsto… en ningún caso debe el Señor, expuesto en el Santísimo Sacramento, quedar solo. Siempre debe haber por lo menos un adorador en su presencia.
