
El pasado 18 de agosto 2021 un grupo de la parroquia de Sonseca fuimos a visitar a M. Rosa María Martín Cabello, hija de esta parroquia de Sonseca, que entró en la Congregación de HH. Oblatas de Cristo Sacerdote en 1986, cuando tenía 20 años.
Esta congregación, fue fundada por monseñor José María García Lahiguera (en proceso de canonización) y María del Carmen Hidalgo de Caviedes y Gomez, en 1938, en plena guerra civil española. Su misión en la Iglesia, su carisma, es rezar por la santificación de los sacerdotes y seminaristas, por eso en todas sus casas se puede leer “Pro eis ego santifico meipsum” (Por ellos yo me santifico), eco de las palabras de Jesús en la Ultima Cena “Padre, te ruego por ellos, santifícalos en la verdad… por ellos yo me ofrezco en oración, para que ellos sean santificados en la verdad” (Jn 17)
La organización de las HH. Oblatas es la de una congregación, por eso los 6 monasterios que actualmente tienen no son autónomos, sino que las hermanas pueden ser trasladadas a uno u otro monasterio según sea necesario. M. Rosa María ha pasado por casi todos los monasterios de la congregación, estos últimos años ha estado en el monasterio de Toledo, pero en julio de 2020 fue trasladada a Huelva, puesto que la madre superiora de allí, M. Mª Pilar, murió por Covid, dejando un rastro de santidad y ternura para con todos los que pudimos conocerla.
El monasterio de Huelva es la tercera fundación de la congregación, fundado en 1962 y actualmente están 17 hermanas.
Era la primera vez que la parroquia iba a visitar a nuestra paisana Oblata en Huelva y hemos disfrutado mucho, tanto nosotros como ella. M. Rosa María, a pesar de llevar tantos años fuera de Sonseca, tiene a su parroquia en el corazón y reza cada día por nosotros. Esta oración hace que siga muy unida a nosotros y por eso cuando vamos sentimos esta alegría de comunión, de familia, con ella. La alegría también fue especial por un regalo sorpresa que Dios nos había preparado para estos días.
Su alegría, su sencillez y sus palabras nos daban testimonio de su amor a Dios y a la Iglesia y nos hacen ver que toda nuestra vida ha de ser para Dios, que no debemos perder el tiempo, sino entregar nuestro tiempo a Dios, amando a Dios en un rato de oración, en cada Eucaristía a la que asistimos, así amamos a Dios. Sin mediocridades ni cobardías, dando todo al Señor como hacen las contemplativas de nuestra parroquia. Cuando la preguntamos qué nos decía para Sonseca, nos dijo “Que no tengan miedo… que confíen siempre en Dios que está con nosotros”.
El grupo que fuimos a visitar a M. Rosa María estamos unidos porque tenemos una hija o hermana o amiga cercana que es monja de clausura de nuestra parroquia y un momento especial fue cuando compartimos cómo habíamos vivido y estamos viviendo ahora su entrega en la clausura, la separación siempre cuesta pero comprobamos cómo su entrega está siendo una bendición en cada una de nuestras familias y cómo la unión/comunión con ellas se sigue manteniendo con un vínculo muy especial.
Hemos vuelto reconfortados, contentos, dando gracias a Dios por la oración, la entrega y tantas bendiciones que recibimos a través de la vida entregada de las contemplativas de nuestra parroquia. Recemos también por ellas, también necesitan la oración y la cercanía de su parroquia.