Oración de madres: Un movimiento de madres que rezan por sus hijos y nietos

En un mundo cada vez más complejo y desafiante, especialmente para los jóvenes, surge un faro de esperanza y fortaleza espiritual: la «Oración de las Madres». Originado en Inglaterra en 1995 por Veronica Williams, ante la creciente preocupación por los problemas y peligros que enfrentan los jóvenes, este movimiento se ha extendido a 134 países, incluida nuestra parroquia de Sonseca, convirtiéndose en un testimonio viviente del poder de la oración maternal. La inquietud de Veronica, que comenzó como una respuesta personal a una llamada divina para orar de manera especial por sus hijos, se ha convertido en un fenómeno global que abraza a madres, tías, abuelas, y mujeres en general que ven en los jóvenes a sus hijos espirituales.

Nuestra parroquia testifica el crecimiento y la profundidad de este movimiento desde su incorporación a finales de 2019. Lo que comenzó con unas pocas madres compartiendo su deseo de orar junto al párroco, rápidamente se transformó en un grupo de aproximadamente 80 mujeres, organizadas en seis grupos para acomodar sus horarios y necesidades. Este rápido crecimiento refleja un anhelo compartido de apoyo espiritual  y una respuesta colectiva a la llamada a interceder por la próxima generación.

La estructura de la «Oración de las Madres» en nuestra parroquia de Sonseca es un testimonio de su espiritualidad profunda y comprometida. Las reuniones semanales se convierten en encuentros de fe, donde se celebra la maternidad y se intercede fervientemente por los hijos, esposos y sacerdotes adoptados espiritualmente. El gesto de depositar los nombres de los seres queridos en una cesta ante el sagrario simboliza la entrega total en las manos de Dios, confiando en su providencia y amor incondicional.

La confidencialidad y la abstención de dar consejos son pilares que garantizan un espacio seguro y respetuoso, fomentando un ambiente de apoyo mutuo y comprensión. Este enfoque promueve una verdadera solidaridad entre las madres, fortaleciendo su fe y compromiso con la oración.

Los testimonios de las participantes son el corazón vibrante de este movimiento. Una madre nos dice: «Somos madres privilegiadas porque podemos poner a nuestros hijos y a nuestras familias ante el Señor. Es maravilloso el rato que estamos delante del Señor pidiendo por nuestras familias. Nos da mucha paz. Es el mejor día de la semana». Otro testimonio refleja la confianza en la oración: «Rezar por ellos es lo mejor que podemos hacer por nuestros hijos. Dios tiene sus tiempos, a veces es difícil esperar la respuesta del Señor, pero estamos seguras de que nos escucha siempre».

La eficacia de la oración en grupo y la importancia de la intercesión comunitaria son temas recurrentes en estos testimonios. Una madre relata: «Cuando descubrí la Oración de las Madres, fue una revelación para mí. Orar junto a otras madres me ha dado la certeza de que nuestras plegarias hacen mucho bien a nuestros hijos, especialmente en estos tiempos en que muchos jóvenes están alejados de Dios.»

La «Oración de las Madres» no solo es un grupo de oración; es una comunidad de fe que responde a los desafíos contemporáneos con amor, esperanza y una confianza inquebrantable en Dios. La práctica continua de la oración, la celebración de la Eucaristía y la conexión con grupos a nivel local, provincial y nacional fortalecen este movimiento, creando una red de apoyo espiritual y emocional para las familias.

Texto y foto: Marta

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